CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS

In Commemoratióne Ómnium Fidélium Defunctórum

I clase, negro




Introito. Esd 2, 34-35.-  Dales Señor el descanso eterno y la luz perpetua brille para ellos. Salmo 64,2-3. Para Ti, oh Dios se canta un himno en Sion y para Ti entregan ofrendas en Jerusalén; escucha mi oración, a ti vendrá todo lo que está vivo.

Introit: 4 Esdras ii: 34, 35Réquiem ætérnam dona eis Dómine: et lux perpétua lúceat eis. [Ps. lxiv: 2-3] Te decet hymnus Deus in Sion, et tibi reddétur votum in Jerúsalem: exudi oratiónem meam ad te omnis caro véniet. Réquiem.

Colecta.- Oh Dios, creador y redentor de todos los fieles; concede a las almas de tus siervos y siervas la remisión de todos sus pecados, para que, por nuestras fervorosas súplicas, consigan el perdón que siempre han deseado. Tú que vives y reinas

OratioFidélium Deus ómnium cónditor et redémptor, animábus famulórum famularúmque tuárum remissiónem cunctórum tribue peccatórum: ut indulgéntiam, quam semper optavérunt, piis supplicatiónibus consequántur. Qui vivis.

Epístola. 1 Cor. 15, 51-57.- Hermanos: Os revelo un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final –porque esto sucederá – los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. Lo que es corruptible debe revestirse de la incorruptibilidad y lo que es mortal debe revestirse de la inmortalidad. Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido vencida.  ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón? Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la ley. ¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

1 Cor. xv: 51-57Léctio epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Corínthios. Fratres: Ecce mystérium vobis dico: Omnes quidem resurgémus, sed non omnes immutábimur, In moménto, in ictu óculi, in novíssima tuba, et mórtui resúrgent incorrúpti: et nos immutábimur. Oppórtet enim corruptíbile hoc indúere incorruptiónem: et mortále hoc indúere immortalitátem. Cum autem mortále hoc indúerit immortalitátem tunc fiet sermo, qui scriptus est: «Absórpta est mors in victória tua. Ubi est, mors, victória tua? Ubi est, mors, stímulus tuus?» Stímulus autem mortis peccátum est: virtus vero peccáti lex. Deo autem grátias, qui dedit nobis victóriam per Dóminum nostrum Jesum Christum.

Gradual. 4 Esdr2, 34-35Dales, Señor, el descnaso eterno y brille para ellos la luz perpetua. ℣. Sal 111, 7.-  La memoria del justo será eterna y no temerá un renombre funesto.

Graduale4 Esdras ii: 34, 35Réquiem ætérnam dona eis Dómine: et lux perpétua lúceat eis. [Ps. cxi: 7] In memória ætérna erit justus: ab auditióne mala non timébit.

Tracto.- Absuelve, Señor, las almas de los fieles difuntos de los lazos de sus pecados. ℣. Ayúdales tu gracia para que puedan escapar a la sentencia de condenación y gozar eternamente la dicha de vivir en tu luz.

Tractus: Absolve, Dómine ánimas ómnium fidélium defunctórum ab omni vínculo delictórum. v. Et grátia tua illis succurrénte, mereántur evádere judícium ultiónis. v. Et lucis ætérnæ beatitúdine pérfrui.

Secuencia.-  Este himno latino del siglo XIII fue compuesto por el amigo de san Francisco de Asís: Tomás de Celano (1200-1260). Describe el día del juicio, con la última trompeta llamando a los muertos ante el trono divino, y en el que el alma suplica la misericordia divina recordando al Señor su pasión redentora y su benevolencia con los pecadores.

1.      Oh día de ira aquel en que el mundo se disolverá, como lo atestiguan David  y Sibila!
2.      Cuán grande será el terror  cuando el juez venga  a juzgarlo todo con  rigor.
3.      La trompeta, al esparcir su atronador sonido por la región de los  sepulcros, reunirá a  todos ante el trono.
4.      La muerte se asombrará, y la naturaleza, cuando resucite lo creado, responderá ante el Juez.
5.      Se abrirá el libro en el que está escrito todo aquello por lo que el mundo será juzgado.
6.      Entonces el Juez tomará asiento. Cuanto estaba oculto será revelado, nada quedará oculto.
7.      ¿Qué diré yo, miserable? ¿A qué abogado acudiré cuando aun el justo apenas está seguro?
8.      ¡Oh Rey de  terrible majestad, que a los que salvas, salvas gratis! ¡Sálvame, fuente de piedad!
9.      Acuérdate, piadoso  Jesús, de que por mí has venido al mundo; No me  pierdas en aquel día.
10.  Al buscarme, te sentaste fatigado, me redimiste padeciendo en la cruz. ¡Qué no se pierda tanto trabajo!
11.  Oh justo juez de las venganzas,  concédeme el perdón en el día en que pidas cuentas.
12.  Gimo como reo, la culpa ruboriza mi cara. Perdona, Señor a quien te lo suplica.
13.  Tú que perdonaste a María (Magdalena), y escuchaste al ladrón y a mí mismo me diste la esperanza.
14.  Mis plegarias no son dignas; pero Tú, buen Señor, muéstrate benigno, para que yo no arda en el  fuego.
15.  Dame un lugar entre tus ovejas y apártame del infierno, colocándome a tu diestra.
16.  Arrojados los malditos a las terribles llamas, convócame con tus elegidos.
17.  Te ruego, suplicante y anonadado, con el corazón contrito como el polvo, que me cuides en mi hora final.
18.  ¡Oh día de lágrimas, aquel en el que resurgirá del polvo el hombre para ser juzgado como reo!
19.  A él/ella perdónale oh Dios. Piadoso Señor Jesús: dales el descanso eterno. Amén

Sequentia

Dies Iræ, dies illa,
        Solvet sæclum in favílla:
        Teste David cum Sibylla.
Quantus tremor est futúrus,
        Quando judex est ventúrus,
        Cuncta stricte discussúrus!
Tuba mirum spargens sonum
        Per sepúlcra regiónum,
        Coget omnes ante thronum.
Mors stupébit et natúra,
        Cum resúrget creatúra,
        Judicánti responsúra.
Liber scriptus proferétur,
        In quo totum continétur,
        Unde mundus judicetúr.
Judex ergo cum sedébit
        Quid quid latet apparébit:
        Nil inúltum remanébit.
Quid sum miser tunc dictúrus?
        Quem patrónem rogatúrus,
        Cum vix justus sit secúrus?
Rex treméndæ majestátis,
        Qui salvándos salvas gratis
        Salva me, fons pietátis.
Recordáre Jesu pie,
        Quod sum causa tuæ viæ:
        Ne me perdas ill die.
Quærens me, sedisti lassus:
        Redemísti crucem passus:
        Tantus labor non sit cassus
Juste judex ultiónis,
        Donum fac remissiónis
        Ante diem ratiónis.
Ingemisco, tamquam reus:
        Culpa rubet vultus meus:
        Supplicánti parce, Deus.
Qui Maríam absolvísti
        Et latrónem exaudísti,
        Mihi quoque spem dedísti.
Preces meæ non sunt dignæ:
        Sed tu bonus fac benígne,
        Ne perénni cremer igne.
Inter oves locum praesta,
        Et ab haedis me sequéstra,
        Státuens in parte dextra.
Confutátus maledíctis,
        Flammis ácribus addíctis.
        Voca me cum benedíctis.
Oro supplex et acclínis,
        Cor contrítum quasi cinis
        Gere curam mei finis.
Lacrimósa dies illa,
        Qui resúrget ex favílla
        Judicándus homo reus:
Huic ergo parce Deus:
        Pie Jesu Dómine,
        Dona eis réquiem. Amen

Evangelio. Jn 5, 25-29.- En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “En verdad, en verdad os aseguro que llega la hora, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre. No os asombréis: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio”.

Joann. v: 25-29 Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem. In illo témpore: Dixit Jesus turbis Judæórum: «Amen, amen dico vobis, quia venit hora, et nunc est, quando mórtui áudient vocem Fílii Dei: et qui audíerint, vivent. Sicut enim Pater habet vitam in semetípso: sic dedit et Fílio habére vitam in semetípso: et potestátem dedit et ei judícium fácere, quia Fílius hóminis est. Nolíte mirári hoc, quia venit hora, in qua omnes, qui in monuméntis sunt, áudient vocem Fílii Dei: et procédent, qui bona fecérunt, in resurrectiónem vitæ: qui vero mala egérunt, in resurrectiónem judícii.»

Ofertorio.- Señor, Jesucristo, Rey de gloria, liberad las almas de los fieles difuntos de las llamas del Infierno y del Abismo sin fondo: liberadlos de la boca del león para que el abismo horrible no los engulla y no caigan en los lazos de las tinieblas. 'Que san Miguel, portador del estándar-te, los introduzca en la santa luz; como le prometiste a Abrahán y a su descendencia. Súplicas y alabanzas, Señor, te ofrecemos en sacrificio. Acéptalas en nombre de las almas en cuya memoria hoy las hacemos. Hazlas pasar, Señor, de la muerte a la vida, como antaño pro-metiste a Abraham y a su descendencia''.

OffertoriumDómine Jesu Christe, Rex glóriæ, líbera ánimas ómnium fidélium defunctórum de pœnis inférni et de profúndo lacu: líbera eas de ore leónis, ne absórbeat eas tártarus, ne cadant in obscúrum: sed sígnifer sanctus Míchaël repræséntet eas in lucem sanctam: * Quam olim Abrahæ promisísti, et sémini ejus. V. Hóstias et preces tibi, Dómine laudis offérimus: tu súscipe pro animábis illis, quarum hódie memóriam fácimus: fac eas, Dómine, de morte transíre ad vitam: * Quam olim Abrahæ promisísti, et sémini ejus.


Secreta.- Te suplicamos, Señor, mires benigno este sacrificio que por las almas de tus siervos y siervas te ofrecemos, a fin de que habiéndoles dado el mérito de la fe cristiana, le concedas también la recompensa. Por nuestro Señor Jesucristo.

Secreta:
Hóstias, quǽsumus, Dómine, quas tibi pro animábus famulórum famularúmque tuárum offérimus, propitiátus inténde: ut, quibus fidei christiánæ méritum contulísti, dones et prǽmium. Per Dóminum.

Prefacio de difuntos.- En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. Porque la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo. Por eso, con los ángeles y arcángeles, con los tronos y dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Præfatio DefunctorumVere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: In quo nobis spes beátæ resurrectiónis effúlsit, ut quos contrístat certa moriéndi condítio, eósdem consolétur futúræ immortalitátis promíssio. Tuis enim fidélibus, Dómine, vita mutátur, non tóllitur, et, dissolúta terréstris hujus incolátus domo, ætérna in cælis habitátio comparátur. Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine dicéntes: 

Comunión.- 4 Esd 2, 35. 34. Brille, Señor, para ellos la luz eterna con tus santos para siempre, porque eres piadoso. V/. Dales Señor el descanso eternos y brille para ellos la luz perpetua; con tus santos para siempre porque eres piadoso.

Communio: 4 Esdras ii: 35 et 34Lux ætérna lúceat eis, Dómine: * Cum Sanctis tuis in ætérnum: quia pius es. v. Réquiem ætérnam dona eis Dómine: et lux perpétua lúceat eis. * Cum Sanctis tuis in ætérnum: quia pius es.

Poscomunión. Aprovechen, Señor, a las almas de tus siervos y siervas nuestras suplicantes preces, para que las libres de todos su pecados y les de su parte en tu redención. Tú que vives y reinas

PostcommunioAnimábus, quǽsumus, Dómine famulórum famularúmque tuárum orátio profíciat supplicántium: ut eas et a peccátis ómnibus éxuas, et tuæ redemptiónis fácias esse partícipes. Qui vivis et regnas.

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